Está bien, uno sabe que hacer un buen viaje, ir a un lindo hotel, comprar eso que deseamos y un montón de cosas, generan momentos de placer y en consecuencia, momentos de felicidad. No la felicidad plena y constante de la que uno habla cuando dice "quiero ser feliz" pero son momentos de felicidad que cuentan, ya sea duren un minuto o varios meses.
Ahora, yo quiero hablarles, o mejor dicho, compartirles mi momento de felicidad de ayer.
Obviamente no hablo de un viaje, ni alguna compra, ni un día de spa (que mal no me vendría, claro!). Pasaré a contarles la sencillez y la grandeza de mi momento.
En el trabajo tuve un día complicado. Obviamente eso genera que mi humor no sea el más optimo cuando salgo (aunque también es un momento de felicidad el minuto exacto en el que cierro la puerta del trabajo y hago mis primeros pasos por la calle).
Caminaba por la calle con mi paranoia (sí, no lo dije? tengo ataques de pánico y paranoia!) y magullando en mi cabeza todas las cosas que habían sucedido en el trabajo. Relojeando para todos lados (para mi, toda persona es sospechosa!incluso un nene) y siempre llego a casa con un nivel de tensión, de contracturas y de dolores que me matan.
Imaginen, entonces, qué grado de felicidad, qué placer fue entrar al dpto. y que mi marido estuviera esperándome con pan tostado, con manteca y azucar!!
Sin miedo al ridículo puedo decirles que todo el dpto. se llenó con una luz amarilla y un calorcito que me mimaron el alma. Los músculos de mi espalda se relajaron, las pulsaciones me bajaron, las hernias ya no me dolían tanto, la sonrisa se me dibujó en mi cara... Y mi corazoncito bailaba de felicidad!!
Sí, felicidad. Una tontería, dirán ¿Por un pan tostado? Si. No. No es el pan tostado en sí, sino el gesto de mi marido. El mimo. El cuidado. Eso fue lo que me provocó la felicidad.
Buscar la felicidad en cada hecho cotidiano, por más común que sea, es lo que nos asegurará una felicidad larga y duradera.
A vos... qué te da felicidad?
viernes, 23 de abril de 2010
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Estoy en una edad donde debiera tomar un desayuno completo y equilibrado (lo sé) pero me gusta comer pan tostado con manteca y azúcar, por las mañanas, simplemente porque me recuerda a mi infancia, a esa etapa de mi vida en la que disfrutaba de los mimos de mamá... Mmmm...¡si hasta "huelo" el café con leche!
ResponderEliminarGracias por este soplo de nostalgia!!
Saludos, Graciela